El Inframundo
Las llamas de los cálidos infiernos
abrasan tus palabras atrevidas
con ellas se agostaron nuestras vidas
sintiendo su calor en los avernos.
Para nunca volver los dos a vernos
dejándonos constancia en las heridas
profundas con angustias recibidas
dolor por la distancia al no tenernos.
Será el hoy cuando exhala la conciencia
con aquello que debo suprimir
errores cometidos por dolencia.
Con el penar se acaban de imprimir
los tormentos que causan esa ausencia
terminan cuando vayan a morir.