A un tiempo nuevo
Donde la vida diga sí con brazos abiertos.
Donde cual colibríes los amantes sean.
Donde sea libre el alma para cantar las horas
allí sé que llegó la primavera.
Caudales de colores sobre paisajes nuevos.
Se han muerto las escarchas y renacen las violetas.
Es así que cada día parece un fruto alegre
con blancas sonrisas de primavera.
Tiempo orquestal, divino, brotado de esperanza
en cuyo océano el amor florido serena
la ansiedad del corazón, hastiado de congoja.
Tiempo de nuevos hombres, Primavera.
Así como aquél árbol perdió sus bellas hojas
y quedando en silencio, cual hombre de fe espera
la gracia plena de algún dorado día,
mi alma también aguarda
otro milagro de la primavera.