Transito la vida,
por el destino marcado,
es un camino,
rudo y oscuro,
cuyas sendas se iluminan
con tu nombre.
El mar, lo deletrea
en el vaivén de las olas,
que se agitan en su andar.
El viento al pasar
deja un beso con tu nombre,
que al rozar mis labios
aviva mi penar,
Las flores lo pronuncian,
con su perfume, al exhalar
Mi canario lo gorjea,
en su trinar.
La música con sus notas,
lo entonan al vibrar.
Mi almohada lo menciona,
en mis noches, al soñar.
Todo te nombra,
todo nombra, tu nombre,
aunque de ti,
nada recuerde,
tu nombre, María,
es imposible de olvidar.