Tengo las manos llenas de callos
aunque no más que en el corazón
y asi como mis cicatrices
no me impiden trabajar
y pelear por un mundo libre
no me resignaré
y con la frente en alto
sigo con el pecho abierto
a lo que venga,
a las bombas de humo,
a los palazos y palizas,
que no pasarán,
porque la primavera,
traerá las flores
y su perfume