Ben-.

Iniquidades-.

 

 

 

Iniquidades-.

 

 

Miradlos, como casi todo el mundo,

pasearse de arriba a abajo, la ciudad

entera, sin mayor cometido que su sola

presencia. No hubo jardines

en su infancia, y en su adolescencia,

no crecieron precisamente rosales

a su lado. Necesitados, hambrientos,

insaciables, buscando amor y sexo, en algún

cuartucho barato. El pan ni lo prueban,

exigen el vino de los paraísos

artificiales. Miradlos vomitar sobre las aceras,

ese amargo fruto del trabajo.

Desconfían de casi todo, y hacen bien:

no hay en sus cuerpos, sino pruebas y señales

de la iniquidad del hombre, criminal austero.

Burdos trabajos encuentran, casualmente,

para salir del paso, dejándolos al instante.

Lástima tener casa y techo, y no ser como ellos,

de mente, y corazón, abiertos.

 

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