Cavé una tumba a mi amor por ti,
Buscando dejar de recordar.
Cavé de largo tres vueltas a la luna,
Cavé lo hondo del profundo mar.
Queriendo hundir en mí lo que por ti yo siento,
Recordé por qué mi amar
Galeones zarparon la caída de mis ojos,
Y el recuerdo de ti orilló a mi pensar:
¿Por qué olvidar la miel enhielada de nuestro desquerido adiós?
¿Por qué desafanarme de tu presente ausencia?
¿Por qué matar lo que con tu recuerdo se niega a morir,
Si es tu amor por quien viví por siempre?
Nunca más decido olvidarte y te diré porqué:
¡Porque sólo el cobarde al amor entierra!
Porque la vida se juega al saber de amor y al amar sabiendo
termina en tus manos la vida del vivo,
y no es sino el muerto, quien presenta notas de estar,
Al pasar por el recuerdo de tu dolencia incurable.
Todos han de saber y quien no sepa debió,
Porque tocar el amor y esperar pétalos, espinas merece,
Más que la muerte en su corazón sentir,
Penosa desdicha de no saber lo que nunca del corazón desaparece.