Cuando una gran amiga se nos va,
Deja un hueco de nostalgia y dolor,
Se nos escapa un poquito de amor,
Un vacío que ahí se quedará;
Un grato recuerdo que no se va
Que se tatúa muy lento en el alma,
Que resurge en las noches, en la calma
Convertida en suspiro que allí está,
Una mano sublime que nos da
Esa caricia perenne en el alma…