José Luis Barrientos León

Al conversar contigo

 

Mis palabras, vuelan sobre el tiempo,

sostenidas por el viento

como si fuesen tus tibias manos,

esas que mecen la cuna

las mismas que cuidan del jardín

sin saber si es de noche o de día

que solo guardan la memoria de la caricia

sin importar si hay claridad u oscuridad

 

Mis palabras, llevadas en tu palma

a la época de mi niñez

cuando corría por el monte

o me sentaba en la rodilla de la mujer

experta de amor que nos alimentaba

la misma palma, que me lleno de abrigo

en la noche del recuerdo

de soledad y de hastío

 

Mis palabras, recogidas en tu pecho,

como el pasto seco en tiempo de verano,

donde reposan los sueños,

donde vuelan los pensamientos.

El mismo pecho, que dio cobijo a todas mis miserias

las que masacraron el alma

con imágenes digeridas durante décadas.

 

Mis palabras, lanzadas al viento con tus sueños

hasta allá, donde el mar ingenuo besa al cielo,

volando sobre el mundo con tu eco,

como plumas liberadas sin apegos,

como flores adornando nuestro encuentro

en la memoria del amor que guarda tu vientre

 

Estas palabras, sentadas a tu lado

crecen, se fortalecen, vuelan por el valle y la montaña

descienden al río, anhelando mares

explorando arenas, hasta encontrar el tiempo

para reposar contigo.