—Háblame con tus olas y resuellos,
Escúpeme en la frente con tu espuma;
Quiero que en tu mirada se me muestre
La claridad que tuve en el pasado,
Aquella que en mi mente se extravió,
Y que la vi marcharse cual gaviota
Con sus alas danzando por los aires.
¡Ábreme los candados escondidos
Que cierran la prisión en donde yazgo!
Mar, hazme caso, no me dejes solo,
Seré tu esclavo, te daré mi vida,
Trabajaré a pesar de las tormentas
Que puedan azotarme entre tus olas.
¡Te lo suplico, mar, te lo suplico!