Cuando veo a una chica adolescente,
sé que para ella soy un pendejo
aburrido, soso y que nada festejo;
también sé en mi inconsciente
que ya toda suma es, cortésmente
mi final. Que números de viejo
es himno a Satán mi bello reflejo.
Así que... es ya, delicadamente
la fémina joven una apagada vela.
Y, como que no quiere la cosa,
debo ya, sin remedio, tirarme a una fosa
para morir sin el calor de su estela.
Himno a Satán para mi lado salvaje
que por no quedar no hay ni mensaje.
(Abril-2.019)
Reajuste en los dos últimos versos del poema
en Septiembre 2.022.
NACHO REY