Quiero una nube,
Te dije, sin palabras.
y me la diste.
En unos versos
con formas muy diversas
me la pasaste.
Preciosas nubes,
serenas y tranquilas,
cruzan los cielos.
Y yo, extasiado,
trataba de entender
lo que decían.
Nubes y versos
unidos por tus ojos
y corazón.
A mi llegaron
dejando el fiel mensaje
de la amistad.
Éramos niños,
parábamos el tiempo,
para jugar.
Y nuestros sueños
creaban fantasías
sin descansar.
Porque en las nubes
dormían nuestros sueños
con la inocencia.
Así aprendimos
que hay versos en las nubes
como en las almas.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/09/22