No sé, de mi viaje
No sé, de mi camino,
No sé, del destino
que despierta en un nido
No sé, de mis hazañas
Ni muchos menos
de aquellas montañas
que suplicaban por una
dinastía que el mar
veía mientras aún no sabías.
No sé, más de mi viaje
ni del regreso empero;
porque las aventuras
hasta el mismo Don Quijote;
ya las vivía y quizás
los remolinos que veía
solo era una fantasía.
No sé, más de mi viaje
porque ahora la poesía
tiene vida…