Cuando crees que todo está bien,
cuando todo te sonríe en la vida,
llega algo que lo enturbia,
que te hace replantear las cosas.
Necesitas un cambio de aires,
crees que vas a ahogarte,
quieres respirar y no puedes,
tomas aire sin resultado.
La oscuridad se hace dueña de ti,
como la noche,
que avanza implacable,
sin poder detenerla.
Notas una mano fría,
te agarra, te somete, te arrastra,
gritas pero nadie te oye,
lloras pero nadie ve tus lágrimas.
Esas lágrima que se vierten por dentro,
esos gritos que son eternos silencios,
te consumes y nadie se da cuenta,
solo se ven a si mismos.
Oyes risas a tu alrededor,
¿De que ríen?, te preguntas,
quisieras entender el chiste,
pero no puedes, ya no entiendes nada.
Tienes amigos, llegan otros de nuevos,
pero nadie te llena ya,
solo quieres huir, quieres acabar de sufrir,
entras en una espiral que te absorbe.
A pesar de todo esto que te aqueja,
que no digo que sea poco,
pero nada es insalvable,
mira más allá del horizonte.
La noche que te ha atrapado,
ve perforada su negra oscuridad,
en esa grieta que divisas a lo lejos,
se cuela la esperanza de un mañana.
Déjate guiar por ese camino plateado,
el de nuestra aliada nocturna, la luna,
ella te guiará hasta llegar al alba,
y alcanzar tu amanecer.
Siéntete afortunada, pocos como tú pueden contarlo,
nada más lejos de la realidad el decir,
que tienes cantidad de almas que están por ti,
velando para que vivas un nuevo amanecer.
(KANET)