tomassefair

Síndrome de abstinencia

Alegría, felicidad, ilusión.
Gozo, esperanza, fortuna.
Todas a orillas del río Pirá.
Todas en su compañía.
Vivía un sueño en San Miguel.
La luz de sus ojos, 
iluminaba el camino,
Su voz era una sinfonía,
Y el roce de su piel, 
Suaves pétalos de rosas.
Unos días bastaron,
Para volverme adicto a su compañía.
Una semana, el lapso inquebrantable.
Luego ansiedad, fatiga y sudoración.
Ella no estaba presente.
Nos separaba la espesa selva.
El tratamiento del síndrome: lejanía,
quehacer y cuidados paliativos.
Los últimos, basados en posiones 
Etílicas, en cantidades que inundaban
El circuito y eliminaban la razón.
Pero el alcohol es un recurso infame,
Estremece los sentidos y acompañado
De alguna melodía, se drena por los ojos.
Los días se preven grises por un tiempo,
Pero rehabilitarse es necesario.
La vida sigue. Este es solo un acto.