La tierra me presenta frente al cielo divino
que contemplo de ensueño, decorado de altares,
yo soy Rubén, soy Carlos, Zeledón y Sandino;
pues yo soy Nicaragua bañado por dos mares.
Yo soy el caminante de este largo camino
que ya han dejado muchos y sirven de ejemplares:
Azul es mi bandera, brillante como un sino
que llevo con orgullo sembrando mil pinares.
Yo soy el verso tierno que lee el campesino
y soy poema entero de blanca primavera
que dice con respeto su canto peregrino.
Y soy también Urtecho sentado en la ladera
que grita a pulmón lleno y en lenguaje latino:
«¡Yo soy la Nicaragua; la tierra pinolera!»
Dux Den