Lucy Quaglia
Otro Algonquin al final
Saliendo por la vereda
vestida con alpargatas,
se iba la chica sola,
ninguno la acompañaba,
no le gustaba ni medio
tener que andarse tan sola
pero quedarse en la casa
enojada la dejaba.
Salía y se encaminaba
por cuadras en la vereda
apurada por llegar
dentro de las horas buenas
para encontrarse con alguien
que le hiciera compañía.
Si la vida por la casa
no es para vos, qué sorpresa
si tenés que andar solita
para entretener posibles
negocios que necesitan
tu atención tan dedicada
cuando no estás trabajando
en la oficina querida.
Todo tiene sus bemoles,
nada es perfecto en la vida,
divertíte con tu doña
o dejála para siempre
para que pueda buscarse
alguna alma gemela.