Hoy fui a llamar a la puerta de Jesucristo.
Abrí con aire sonriente porque, siendo aún joven, fui a buscarlo. \"¡Estoy perdido!\"
Necesito ayuda.
Mi contrato de trabajo terminó en Navidad y me dijeron que solo tenía tres días más.
“¿No tienes una familia? Si eres un hombre feliz.
Es en la familia donde debes encontrar la solución a tu problema.
No eres el único que padece esta enfermedad”.
Y me cerró la puerta.
La familia es un pilar que construye nuestra sociedad,
y la apoya en estos momentos.
Por eso en Navidad adoramos a la Sagrada Familia, símbolo de nuestra paz interior.
¿Por qué no voy a buscar otro trabajo?
Quizá ni siquiera sea tan difícil.