Pablo R.

CASUALIDAD, BROMA O REENCUENTRO

En un comienzo,
ella solo fue un reencuentro,
una casualidad fortuita
o quizá,
una broma del destino,
que aburrido de su sino,
conflagró con el tiempo y el espacio
para que la rutina
se volviese aventura.
 
Y las charlas se hicieron costumbre,
y las palabras caricias,
lenguaje prohibido de piel y cuerpos,
miradas cómplices,
mudas,
que lo decían todo
sin mediar sonido.
 
Y sus labios se fueron vino,
dulce néctar de embriaguez profana
que hace al delirio de los amantes
que no piensan a futuro,
solo viven el fugaz instante
entre risas y jadeos,
entre gemidos,
sudores agitados
y sábanas mojadas.
 
Y entre disculpas sin culpas,
revivió en mí la mañana,
los otoños pintaron flores
y las noches tiñeron albas;
los crepúsculos, preludio,
de vino tinto,
de manos entrelazadas
y sonrojo en las mejillas.
 
Mujer que viniste de lejos,
cuando menos te esperaba,
sin buscarte siquiera,
aunque dentro te pensaba,
robaste de mí las letras
que a la luna entonaba,
dejando sal en mis ojos
y tu recuerdo en mi almohada.
 
-. PaR
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25092022