Me deleito al leer tus versos…
y vuelo,
si…
y desaparezco en tus visiones de ensueño,
allí despliego mi imaginación por los umbrales de tu silencio…
y deambulo en tu infinito de metáforas.
Es como ser parte de tus motivos…(de tu leyenda)…
así de entrañable y seductor…
así de cómplice e inspirador.
Siento un arraigo incomprensible por tus frases,
me contagio fácilmente de tus instantes de retórica…
y los concibo como míos.
Tienes ese poder sobre mí…
de hacerme ver más allá de lo lógico,
de transportarme por tu universo de emociones…
y hacerme creer que estoy ahí…
respirando el mismo nerviosismo,
latiendo las mismas ilusiones.
Tú, haces en mi lo que el agua clara de los riachuelos,
corres y te viertes a prisa por todo mi ser…
como si fueras sangre de mis venas,
tan mía y propia como transparente e inagotable.
Comparto cada estrofa tuya, como si fuera de mi autoría,
(así de perfecta es tu magia),
y siento unas ganas de escribirte cartas…como a la antigua…
para que se perpetúe en lo inmortal
esta febril vibración que me precisa…incontenible.
Me embriago con todo ese manantial de poesía que nace de ti… irreprimible.
Me lleno de ti…tan fácil...(espontáneamente)…que hasta me emergen lágrimas.
Me conmueve tu sensibilidad al extremo de suspirar sin control alguno.
De no creer lo que me haces vivir…sin tocarme.
La fuerza que tienen tu inspiración… me derrite,
el ímpetu de tu pasión arrolladora…(de todo lo que eres)…
me somete…me conquista…me enamora,
así de simple…si…me enamora.
Resulta un verdadero placer vivir tus versos.