La palabra precisa,
el momento esperado,
una luna poetiza
tu silencio sagrado:
del desván surgen flores
de tu sien sus corolas
del perfume en tu piel
brotan mieles y polen
y pistilo a pistilo
me deshago en tu vientre.
En tu seno derrito
mis tesoros más cautos
y en tus piernas candentes
mi suspiro y mi aliento
se despeñan rodando
hacia perlas sedientas
del salitre que entrego
a tu grito, a tu canto…
Una lágrima alegre
me festeja en silencio
una tenue sonrisa
que celebra tu gracia
se me asoma en delicia
y acaricia, y acaricia…
Luego el sueño nos vence
y me rindo a tu abrazo
y me quedo dormido
con el suave latido
de tu pecho en mi oído…