EL QUETZAL EN VUELO

UNA NOCHE DE NAUFRAGIO

No creas que te necesito, que haces falta, algunas veces mis poemas se resbalan hasta tu ausencia, pero es solo la inercia del olvido, en otras ocasiones mi guitarra parece emular el tono de tu falso amor, pero solo es cuando se desafina. No te inquietes si de tarde, ves rodando por el viento algún poema, que se desprendió de mi cuaderno y lleva tu nombre, en la metáfora oculta. No es nada, solo el olvido que quiere huir del recuerdo y no ser nostalgia.

¡NO!, no haces falta, no eras lo que tu orgullo y soberbia te hablo al oído. Te movió la ambición y menoscabo tu falsa autoestima. Fuiste una luz opaca que transmite sombras, el borrador de un poema que termino en el cesto, ese borrón en mi cuaderno, que la noche desecho y que el viento no quiso arrastrar. Fuisteis siempre el reverso de lo que tu soberbia quiso que imaginaras. Ahora solo un lamento por jugar a perder, arrastras tu orgullo al desengaño.

Ahora ya vez, tu mundo dejo de girar y ahora quieres subirte a mi mundo como carrusel de fiesta,

Quieres ser noche sin estrellas, oscura y sin luna, soles eclipsados, nube sin presagio, beso sin pasión. Tuviste la oportunidad de ser todo, compartiste solo el deseo, La majestuosidad de tu cuerpo no llego al amor, se quedó atrapada en el deseo, la lujuria y la mentira del alcohol. Una sábana flotando en medio del deseo no es amor, solo pasión.

 

Hoy por la mañana, las gotas de lluvia golpeando mi ventana, espantando tu recuerdo, sentado en la cama empecé a contar las gotas que caían, bebiendo café y fumando recuerdos, fui haciendo cenizas todos esos pensamientos que buscaban su turno en mi desvelo, sin embargo, me abrace fuerte a mi guitarra y sentí su llanto anejo y me reconcilie con la realidad de tu ausencia. Hay veces que es mejor estar solo, que compartir la mentira de la piel.

 

Si me lees. ¡Porque sé que aún lo haces!, no creas que escribo para ti, estoy sacando los últimos vestigios de esa mala noche que aun dejaste en esa parte oscura de lo que no llego a recuerdo, estoy lavando mis culpas por tratar así a mi corazón, por envenenar mi piel con tus caricias. Estoy sanando esas heridas y fracturas colaterales que dejo tu paso por los laberintos del corazón. Sí, un poco descompuesto, pero tranquilo, me estoy recuperando…voy saliendo. NO, gracias.

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO