Alejandro Tejero Escribano

Musa que olvida al poeta

MUSA QUE OLVIDA AL POETA

 

Vivo perdido en la nada.

Mi mente sin rumbo vuela

Al enfrentarse al papel

Blanco que no da cuartel.

Así sucede al poeta

Que la “musa” no sujeta.

Ficción es la “musa” griega,

Mito de heleno poeta,

Que alaba un culto especial

Con dones de humanidad

Y atributos de mujer;

Al referirse al querer.

Sólo existe en el poeta

La “musa de carne y hueso”

De la mujer tan inquieta

Que sentimiento despierta:

“Inspiración” verdadera,

“Fruto de ingenio y manera.

La “Inspiración” verdadera

Es de cristal delicado

Que al menor contacto frágil

Con el aire quiebra fácil,

Quedando el eco olvidado

De “inspiración pasajera”.

 “Musa” es la bella doncella

Que, en mis pupilas grabada,

Aunque hoy muy difuminada,

Jamás quedará olvidada;

Para mí será abandono,

Pues en mi mente era icono.

Si pierde el vate el amor,

Exclama con gran dolor:

¿Dónde fue la alegre “diosa”

Que la mente iluminaba,

Y su “inspiración” versaba?

A penas te has alejado,

“musa”, y ya extraño el lucero

Que iluminaba el sendero

De mi vida terrenal:

“Tu inspiración natural”.

“Musa”, mucho me servías

Con lúcida “inspiración”.

Los poemas que surgías

Con tus versos del amor

Excitaban mi pasión.

¡Devuélveme la energía!

¿Por qué me has abandonado,

“Musa, que en tiempo pasado

Encendías con pasión

Poemas de gran amor

Con tu diva inspiración.

 ¡Cómo me duele tu ausencia!

No fluye en mis ojos llanto,

Al notar esa carencia,

Soy cautivo de tu encanto.

Hoy mi pena afecta a mi ego.

Sin decirme adiós me deja,

Sin la menor indulgencia,

En busca de otro poeta.

Vivo la pena de ausencia

Sumido en sorda dolencia

Que pena más que la queja.

Lamento tu desdén vivo,

Dejándome en el olvido.

¿Cómo espero con anhelo

Que algún día me devuelvas

“La inspiración” que te llevas

Sin piedad y sin consuelo.

Sólo me queda un quejido:

Normalizar el olvido.

¡Conmigo te equivocaste!

Rencor nunca te guardé,

También el odio aparté.

El resplandor de tu estrella

En algún vate destella.

Cuantas veces he soñado

Que, agarrado de tu mano,

Valles he visto florados;

Y acabado el lindo sueño,

La tristeza me ha embargado,

Pero el amor lo ha salvado.

¡Hoy brilla en mi mente el sol!

Me encuentro vivo y feliz

Sin “inspiración sutil”;

Al fin encontré la paz

Con nueva ilusión veraz.

¡Musa, ve al éter fugaz!

La musa eleva al cenit,

O te sume en el nadir.

Fin