Eres esa, la misma fuerza sombría y dulce,
Que se refleja con aroma celestial;
Eres la que navega entre ansiedades y desdichas,
La que seduce con su particular eroticismo francés.
Eres melancolía, paz y esperanza;
Mujer rotunda,
Soberana de mis días,
Único resguardo de amor y sensatez.