Naciste con la gracia divina,
Entregada al camino del amor,
Recorres cada espacio con fervor,
Encendiendo el corazón; de las
Almas que se cruzan sin tú esplendor…
Firme es tú convicción.
Enuncias con orgullo tú predilección,
Reinando sobre las mentes marchitas;
Náufrago en admiración,
Ante ti, no existe otra luna,
Nombrada con tanta dulzura,
Donde estés, se libre y pura;
Emperadora de mi vida y mi cordura,
Zarzuela de lujuria y de pasión