Tus versos tenían el sabor a noche, a luna llena. Tus comentarios eran graciosos,
Siempre buscabas en mis letras lo que tu querías encontrar. Yo complaciente te lo di,
Así te fuiste apropiando de mis noches y de nueva cuenta volvieron los insomnios.
Te platique de mí, de mi trabajo en el café nocturno y preguntaste por mi perro.
Te fuiste acercando a mis madrugadas y cada vez mas armonizada con mis sueños,
Te pareces a una de mis noches-te dije-, eres como el mes de abril, como canción inspirada,
Tus respuestas siempre fueron dosis de adicción, como una telaraña conocida.
el corazón me lo decía; como siempre, no le pude hacer caso y fui como ratón al queso.
Como toda noche tiene su pesadilla, así tus versos fueron deshilando tu verdad, tu intención. Una vez ya con el veneno hasta el delirio, me dijiste tu verdad, tu traición,
Yo nunca he sido un santo. He cultivado muchas flores prohibidas en mi jardín. A veces he llegad a pensar que me gustan más, los pétalos de las margaritas de mis vecinos.
No tengo prejuicios moralinas, pienso que la letra de un poema, si no es valorada,
Busca siempre el cauce de la aventura y cae en otra madrugada donde puede sus encantos jugar. No hay alfabeto ni alcoba que lo pueda contener. Si crecieron sus alas y la llama el viento. Hay noches así, nos llega un poema envuelto en la seducción y lo hacemos canción.
Pero la mentira, es una forma de infidelidad, que duele en el alma y enferma el corazón, si ya estas escribiendo en otro cuaderno, si eres poema con derecho de autor, porque no decir que tu vista es una aventura, que solo buscas probar de mi copa el sabor a madrugada. La mentira es la más grande de las infidelidades. si ya mientes a Él y a mí; que puedo esperar de ti.
LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO