Una mañana soleada y calida, no como la noche lluviosa y fría sin ti.
Dulce el trinar de los pájaros, que contrasta con la amargura de sentir el latido de mi corazón destrozado.
Que mejor que poder sentir el aroma de tú piel al despertar, pero solo siento el olor de un hogar sólo y en tinieblas.
Hoy me levanto con la misma ilusión de que regresaras a mí, pero de nuevo el frío del costado de mi cama me trae a la realidad.
Bueno, un café amargo me da algo de tranquilidad y su aroma me llevan a escribir para ti una vez más.
G3