Me pediste llegar un martes
Puntual a eso de las ocho
Que comeríamos tamales
También atole con bizcocho
Llegué a la cita con empeño
Te llamé a gritos por tu nombre
Pero tu vecina salió en bata
Toda encabronada a regañarme
Porque mi voz toda chillona
Le perturbaba de su sueño
Pensé que estabas atareada
Y pasé a tocar la puerta
(Ojalá hubieras puesto llave)
Ésta se abrió al primer intento
revisé en la cocina y en tu pieza
(habías jurado no salir por esperarme)
Creí que estabas en el patio
Así que me dirigí ahí toda confiada
Pero no amarraste a tu perro
Y se me vino hecho un demonio
Apenas había empezado la carrera
me tropecé con una cubeta
Y caí precisamente sobre el charco
Donde tus patos se bañaban
Rompiendo además con mi caída
las abundantes ramas de una chaya
Quedó salpicada mi blusa blanca
Y tengo ronchas en los brazos y la cara
Ahí te encargo que me guardes
Las chancletas que perdí durante la huida
Me saludas a la fodonga de tu vecina
Ya se me quitaron las ganas de tamales
Porque para colmo me aplasté
Los dedos al cerrar la puerta