Lucy Quaglia
Tic Tac
El reloj con sus agujas
daba vueltas por la esquina,
mientras estaba colgado
en parte de la cocina,
anunciando dulcemente
los segundos que se iban
a encontrarse con sus primos
los minutos que seguían,
las tías llamadas horas
y los días que llegaban
yéndose por los caminos
de los que nunca volvían.
El reloj golpeaba suave
a borbotones de tuercas
que saltaban cada tanto
anunciando la otra vuelta
cuando la hora siguiente
bailando por la cornisa
volvía tan de repente.
Vaya a saber si en la hora
donde todo está insolente
con pocas tuercas y ganchos
en funciones digitadas
que no precisan tornillos,
solo alguna pila nueva,
por qué este reloj tan nuevo
sigue golpeando las horas
a pedazos indolentes
que si en la casa no hay ruídos
lo escuchás cobardemente.