Encontré por el sendero,
un arbolito amigable,
que con aroma agradable,
daba frutas al viajero,
y como buen caballero,
mientras las gracias le daba,
en mi sombrero guardaba,
las frutas que recogía,
sin saber que allí venía,
un gusano de guayaba.
Un buen jugó tomaré,
apenas llegue a mi casa,
porque esta fruta es escasa,
otras me las comeré,
y Hasta en postres las haré,
como abuela acostumbraba ,
ya que hace años no miraba,
asi un arbol tan cargado,
pero, lo había infestado ,
un gusano de guayaba.
A disfrutar mi manjar,
me dispuse finalmente,
más por ser tan buena gente,
al vecino le fui a dar,
y me empezó a insultar,
por poco y me golpeaba,
porque su niña lloraba,
y me echaba a mi la culpa,
porque al morder vio en la pulpa,
un gusano de guayaba.
Recogiendo un pan del suelo,
decía otra niña gorda:
¡Eso que no mata engorda!
!eso lo dice mi abuelo¡;
yo la mire con recelo,
mientras la ultima probaba,
¡y que deliciosa estaba!;
Y al final quede aturdido,
porque me había comido,
un gusano de Guayaba.
Maikel Mendoza. .