Las cosas como sean
yo sigo aquí
y no van a moverme
por más que quieran reptiles:
soy supremo e infinito
en cortesía a lo terrible
que hay en mí,
a los días idos para siempre,
al devenir
enfermizo que me hizo ser vil
con quien bien merecía
y a una vida sin ti,
sin probar la delicia
de tus labios carísimos,
sin apenas sentirte
por ahí de indistinta
fórmula de escape exquisita
a este clima adhesivo
que en mí se entibia
hasta ser verdadero un virus
el eco de mi lamento
por todo el espacio interno
en uno de mis desvaríos...