Andrés Romo

El rosal preguntó por ti

Hoy que salí a nuestro jardín,

el rosal preguntó por ti,

ocultando la pena de mi corazón,

le respondí que no te vi.

 

¡Mira y huele mis bellas rosas!

 las germiné para tu amada,

para que su faz de tez calmada,

las goce y se le alegre el alma.

 

Ella es mi calma, es ella mi dueña,

mi existencia y mi esencia sueñan,

cada día por su candor y cuidados,

¡llámala! dile que la extraño.

 

Querido rosedal del mío jardín,

la verdad te voy a decir,

ella partió ayer y no va a volver aquí,

en soledad hemos quedado.

 

No te culpo si morir quieres,

pues lo mismo también deseo.

 

Querido rosal  maltrecho,

quisiera abrazarte llorando,

 tus espinas clavadas al pecho

 y  tu aroma a mi vida matando.

 

Andrés Romo

 

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