¿Has visto tú a un cirro crepitar,
o vestir al invierno de azucenas?
¿Someterse ante los fiordos al mar,
Ocultar las corolas primaveras?
¿Has oído, amor mío, susurrar,
misterios de sus risas madreselvas
al vergel en la brisa del boscal?
Eterna brisa de la arena.
Así entonces no veréis mí soledad
Piedra, viento y hiedra.
Estanislao Jano