I
Deslumbraba ternura, belleza y fuerza,
pero sin violencia, sin duda alguna encantadora,
porque se construía y se transformaba desde sí misma;
posicionada en la coherencia y, en la ternura.
II
Y llegó a nuestras vidas, justo, en el mes de marzo;
anunciando así, la bella y pintoresca primavera; colectiva, claro. Auge de la polinización
y transformación; que permitiste la conjugación sutil del cambio, radical,
de las reivindicaciones contra el cambio, climático y sistémico.
III
Primavera de la vida, del amor y de la condescendencia; selectiva, porque en estas sociedades,
con límites, como encrucijada gregoriana; de meses, semanas y días; como vinculo unilineal con el
Ecuador y la primavera \"amantes\", como nuestra amistad, y el posterior verano del septiembre in-bisiesto;
donde los días mas largos se hacían cortos; donde la cercanía del sol al ecuador a los trópicos late de amor…