Tu presencia simulada en mis recuerdos
me desordena la vida,
y siento como tambalean
los cimientos de mi alegría,
desplazándose como una falla,
y sometiendome a los dolores
de un corazón herido,
de una mente afectada,
de un cuerpo cansado y seco;
brazos sedientos de cariño,
pechos necesitados de amor,
de roce, del palpitar de la vida,
de otro que sos vos.