Guardián De Ángeles

ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO

Onírica travesía en el paisaje circundante en el que el deseo vehemente aletea en torno a la flor labial que contiene el néctar divinal que extasía, dentro el cortejo previo al momento de la succión esplendorosa.
La noche grita, la luna la atiende, los alientos contenidos en somnolientos instantes llenan de vida al alma en la recreación del ser apasionante que se apoderó de todos los sentidos.
¡Ay!, las diversas ensoñaciones de la vida, y sus peculiaridades con el distintivo del desconcertante lapso en que aquello que contenía verdor se desprende y así la volátil hoja se lleva toda la vehemencia.
El amor: jubilosa primavera; el desengaño: tétrico invierno... Entre el cielo y el infierno, se desenvuelve el alma lisonjera.