¡Fa Fu Fo! arreméte y métete al tete:
¡Que viva la incoherencia, la libertad del caos!
Muy escabroso ha sido el anhelo por un sentido último,
muy agria la oscura espera por un mesías interno
por la absolución luminosa del kenosis,
de encontrarse en comunión con dios,
dios como humano,
dios como natura, como cuerpo
culminando en la poesía del amor eterno.
Yo rompo esos panfletos de parafilias,
regálenme coprolalia mejor,
pues de mi carne solo queda hueso,
óceo resquebrajoso, soy pantano apestoso
de colores aceitosos, superficie tiritante y ansiosa
saco de arena en trinchera
calcetín de esperma deshechado,
soy rabia contenida en punto de ebullición,
una diarrea violenta que se va a cagar en la sumisión!
¡Fa! ¡Fu! ¡Fo!
¡Que viva la insolencia y la fuerza desde la injusticia!
Ámate a tí mismo grita el oxímoron.
pero le falta el odio, le falta sombra,
pues sin odio no hay amor,
solo formas inconclusas,
solo mentiras de caja,
son inversiones patriarcas,
regocijos de cerdo conforme en su corral.
las lenguas del amor hablan agua y aceita,
se hablan babilónicas...
y qué si amar para tí es denigrante
y qué si para mí es darte de comer sopa de pollo
pero no responderte las llamadas
porque te quiero tanto que me das pavor,
hundirse en el abrazo y perder la cara, que terror!
¡Fa! ¡Fu! ¡Fo! ¡raza que arraza brasas!
¡avanza que no hay verdadera casa!
¡Que viva la rebelión del espíritu y la abolición de la dictadura del tiempo!
Huele a quema de rosa,
a milpa y monte negro,
a catedrales abiertas con pilares de humo.
He pasado siete años desenterrando cadáveres
y sentándolos con decoro en plazas,
teniendo seductoras tertulias tétricas totalitarias,
Siete años sometiendo el espejismo atterrador de mi ensueño
a consejos espurios y ajenos.
Siete años luctuosos, vistiendo uniformes mentirosos,
armado hasta las orejas con certezas moralistas
¡Que vergüenza tan amarga!
¡Fa! ¡Fu! ¡Fo! ¡retumbe alumbre, almubra mi tumba!
¡Que viva la incoherencia, la libertad y el caos!
Me descubro piromaniáco frente a castillos clasistas de carbón
descubro la neurosis como aflicción del sujeto,
una división interna e inmensa
es recubrirse con una cobija de clavos a falta de tela propia,
es vida de chucho callejero,
entre úrbes lúgubres y rotas,
lamiendo restos de pan y misericordia.
Aullidos de luna subterránea,
terremoto apenas apaciguado, fisuras de antorcha
que buscan a sus hermanas de la rebelión.
¡Fa! ¡Fu! ¡Fo! Ahora encuentro magia y paz,
soy receloso de los besos púrpura
amo peces imperiales que me chupan la cicúta
coronado rey de lo mundano
aspirante al desacierto atinado,
los árboles me dan de beber euforia entre sus copas,
planetas muertos me acompañan al precipicio,
al acantilado tenebroso del acto de vivir,
me armo de valor y salto,
Por mí.
¡Que viva el error de vivir! ¡Fa! ¡Fu! ¡Fo!