Cuando sucumba, mi imagen en tus sueños, renunciando a soñarme.
Sometes, mi soñada vida, a nunca haber soñado, entonces;
¿para qué vivir?
Permite mi visita, en tus sueños y despertares, soñando, dormida o despierta.
No dejes nunca de soñar, delirios de primavera. Y así, la quimera será duradera.
Y si acaso vislumbras, bajo la lluvia, mis alas quebradas.
No remiendes mis insolencias, con tu tierna y linda mirada.
Te aseguro que ni en sueños, caeré, como pesada piedra.
Deja que renazca, creciente, como enamorada luna llena.