Escuché de pronto un llanto
que estremeció sentimientos
y era, de tristes momentos,
que provocaron quebranto.
La escena penetró tanto
que arrebató mis alientos
y cargado en desalientos
sentí enojo y desencanto.
Cómo sufre un alma en pena
cuando no le dan cariño
si dolor es que almacena
siempre un pobre ser lampiño;
si el desprecio es quien le drena,
lágrimas a un frágil niño.