Tengo miedo.
Lo tenía cuando viniste
Tenía miedo cuando te ibas
Tengo miedo ahora.
Y esque ahora no queda de otra que enfrentarme a esta soledad abrupta, fría y desoladora.
Ya no tendré más pretextos para no enfrentarme conmigo misma.
Con mis más insólitos y temible males.
Te has ido.
No quieres volver.
No quieres regresar y ayudarme a esquivar mis pesares mentales.
¿Te daré algún día las gracias?
Por el momento te estoy odiando.
Las manijas del reloj ayer domingo no pasaban.
Yo sentía, mientras mi mente empezaba a enfrentarse consigo misma que un segundo duraba horas.
Y te estaba odiando.
Lo hice aún más cuando quise buscarte y me ignoraste.
Una pena el amor no correspondido.
Eso es cierto.
Pero no me dolió eso.
Me lastimo que no estuvieras para poder entretenerme y no adentrarme al análisis de mis pesares.