Me paro todos los días
y disfruto de un café,
resucita aquel ayer
que me iluminó la vida;
esas horas consentidas,
compartir la dulce miel,
para que alcancen su Edén
mis amigos, mis amigas;
luego ver sus comentarios,
muchos seres triunfadores,
causan un tímido llanto
veo mis viejos salones;
voy con ellos, los abrazo
y me iluminan mil soles...