Tu mirada me refleja un abismo negro, profundo, lleno de tristezas tan viejas como el día y la noche que se unen a mi corazón impregnado se soledad.
No te conozco. Sin embargo siento que tu alma y la mía están unidas dentro de un universo frío y lejano. ¿Entiendes lo que siento? ¿Acaso sientes tú lo mismo en este momento fugaz, en que nuestras miradas se cruzan como relámpagos en la noche?
Esta tarde fría, en donde el viento nos acaricia suavemente, me hace pensar que tú, con esa mirada de trueno y presencia llena de nostalgia antigua. Estuviste destinado a cruzarte con mi corazón solitario desde el principio de los tiempos.
Lucía Elizabeth Méndez Navarro.