Viene a mi mente aquel cofre ya olvidado,
En él guardaba mis tantos, sacros secretos.
Las joyas que Él me dio, eran mis amuletos.
Pero, mi dorado cofre era lo más apreciado.
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Viene a mi mente, ese bello anillo plateado.
Ese que traía adosado un pliego de decretos.
Él me dijo que mi conducta, había premiado
Y pensé: “Él no sabe que yo, nada le prometo”.
*-*
Triste pensar de aquel que, no sabe enamorar.
A la Dama no la enamoras frenando su pensar
Y, menos, si el oro de la prenda, lo vas a tasar.
A una mujer sensata, el oro no la va a amarrar.
*-*
¡Ave de vuelo, es el amor y no se debe enjaular!