Martillea profundo
el látigo de lo humano...
Martillea en Vapores Húmedos
de lo Indecible...
Martillea sin pausa y sin máscaras...
Martillea en la Majestad del Ser
y en el iris azul de los Mares y los Vientos...
Martillea en el Cosmos Furtivo y Gris
que aúlla sordo
ese Último quejido...
Martillea la Vastedad de la Piedra
en que te convertirás,
aún que no lo quieras...
Sos, Poeta, esos, como yo,
que se marean,
en la Nube Ígnea y Ardiente
que al son de ásperos Cristales
de Espejos Detenidos,
Y que escriben a la Sombra de su Sombra
lo que ayer han sido...
Sos el mismo Eco del Martilleo artero
que en tu alma en fuga, ya existe...
( El martilleo del alma que no deja rastros de tu llanto,
y que te deja entre nubladas Penumbras,
tan golpeado y malherido)...
( Patricia)