Gracias por bajar mi egoísmo,
estar pendiente de otro mundo ,que no es el mío,
por estar siempre contento de estar conmigo,
de sentir fe y continuidad en el camino.
Gracias por obligarme a ser más maduro,
ser consciente de que mi trabajo es solo un medio,
no un instrumento, ni un fin en sí mismo,
a veces luchó para que tú, estés orgulloso.
Espero que cuando yo no esté,
alguna vez, leas algún escrito mío,
dedicado a tí y a tu madre,
aunque este muerto, confío en estar cerca tuyo.
Tus penas y fracasos son también míos,
tus éxitos son tuyos, pero quizás para mí ,
ahora mismo más importantes que los propios,
me relajan y engrandan más tus logros.
Gracias por ser tan buen niño,
me pacífica con el género humano,
me dignifica como a veces fracasado individuo,
mi vida es mucho más grande en un sentido más amplio.