Y si el confín azul
del profundo abismo,
en el mar bravío,
en medio de las aguas
andanas de basáltico magma
lo cubrieron,
dejando un manto de coral
calcinado en su sinuosa vera.
Y si el cielo
se partiera al medio en
gris rugir lapidando estrellas.
Y en convección
de membranas tensas
devorara el infinito
del caótico cosmos,
el enloquecido
vibrar de amasijo de cuerdas
en el rodar de tiempo y espacio.
Si el cataclismo
final del cruel destino de la nada
roza mi boca rosa llena de tantas
muestras dulces de tu boca.
Al parecer…
no importaría nada
tanto como la profundidad
de tu mirada,
instalada en la dilación
del palpitar febril
de mis pupilas
enamoradas.