HECTOR FRANCO

Como Perro Callejero

Como perro callejero que no conoce más caricia que la del sereno al amanecer,el cual cubre su pelaje apenas visible y limpia sus ojos vidriosos y tristes.

 

Llegada la mañana en busca de un pan,sus entrañas empiezan una batalla por comérselo vivo, de adentro hacia afuera

 

Con sus energías al 30 por ciento empieza su faena por no morir ese día.

 

Apenas si encontró algo de beber, agua estancada y lamosa justo para pasar aquel hueso viejo que le calmo las tripas.

 

Andariego en las calles sin Dios, sin gloria y alejado de toda divinidad se adentra en los barrios más humildes evadiendo palos y pedradas que por cierto aún no se recupera del golpe certero al corazón hace un año.

 

Cae la noche y el manto oscuro acobija aquel perro callejero,baja la luna y le cierra sus ojos ya lagañosos y tristes y una vez más, otra noche más para un día más.

 

Por cierto... hace un año ya que el perro callejero recorre las vías de la soledad en busca de su dueño que lo abandonó dios sabe dónde y si el perro tuviese conciencia y supiera de Dios seguro estoy que le preguntaría; ¿Que hice mal?

 

Como yo.