Hoy no corre por mis venas sangre alguna
pero vibra mi corazón, y lloro mis desventuras
en mis nocturnos lamentos, silbo mi canción preferida
para alegrar en parte mi eterna andadura.
Hoy puedo ser yo y si quiero no serlo
pues me parió alguna hembra venida del norte
o tal vez soy hijo de una brisa del suroeste
los más me han visto llegar oteando el horizonte.
Hoy quiero ser del ciprés el pináculo, la última rama
y también un ventarrón atizando la lluvia que viene.
Deseo ser la gota de espuma en la tempestad desatada
O en las altas montañas el copo de nieve.
Puedo permitirme acariciar tus mejillas
desordenar tus cabellos con mis dedos de plata
hurgar entre tu falda y tus pechos de niña
y robarte un beso de tus labios escarlata.