Soledad….como te odio.
Capítulo 1
Apúrate, papá!
….hemos llegado.
y el viejo dejó entrever
algo parecido
a una sonrisa,
algo así
como una mueca de dolor
disimulada.
Sabía adonde lo trajeron,
sabía que su camino
ya no tenía regreso.
Pues bien, hijo mío….
si…. lo sé, hemos llegado.
La sonrisa….del viejo,
escondía la pena, el miedo y la angustia. Se sabía…. sólo, enfermo y abrumado. Toda suerte de pensamientos que fluían y se colaban entre los recuerdos.
Cuantos de ellos. recogían las cosas vividas, cosas reales, cosas….que siempre enseñan; cuantos no pasaron de la intención al hecho y se quedaron en su imaginación. Pero, que va….si ese saco de años y recuerdos…. es un guerrero.
Muy lejos está de lo que fue. Se declaró vencedor de mil y una contienda donde se probó señor, dejando siempre….una puerta abierta.
Que duro es desempacar, que duro….es que es mucho de lo que traigo, lo traigo envuelto con mis sentimientos.
Hoy tuve que escoger, entre cosas ligadas a mis recuerdos.
No todas mis penas, no todas mis alegrías, no todos mis trofeos pudieron ganar un lugar, en esta vieja maleta repleta de sueños.
Hoy, he visto la bondad de Dios, ejerciendo su misericordia.
Se me ha asignado un rincón de un lugar, algo ajeno. El dolor de mi hijo va más allá de lo comprensible….debo, de agradecer, ahora, ya no estoy de más, ahora, ya no sumo, ahora por ahora….sueño.
Me imagino la próxima parada, donde se tiene que entregar el cuerpo que se te fue asignado.
Cuanto me tocará esperar a que se me llame.
No podré ver tus lagrimas, hijo mío, no podré decirte que estoy bien. No podré decirte….cuanto te quiero. Pero, es que tan poca gente ha venido….no sabía que mi amor, no fuera significante.
Eran….días, semanas de espera, ver cómo el invierno engañaba a la primavera, es que nadie quiere morir, mi amigo, te cuento.
Se sabe de la muerte, cada vez que nos asomamos por la ventana de la soledad y del olvido.
Silencio! corazón, no empieces, no te metas más en mis sentimientos, déjame que me exprese con lágrimas, ahora, ahora que puedo.
….Pude mantener mi compostura, dejándome….llevar.
Les dejaré saber, en qué termina este cuento.
A mis amigos.
D.R.A.
Carlos H Ojeda Behr.