Nos envuelve un nocturno y suave viento,
Al igual que lo hacen nuestros románticos deseos,
Todo fuera de nuestro amor es incierto,
Un idilio reflejado en la luna como si fuera un espejo.
Un amor que se desarrolla en un hermoso silencio,
Con tu sonrisa tan preciosa detienes el tiempo,
Desde el cielo nos mira la luna creciente,
Mi amor eterno no dejo de concederte.
Entre nuestros besos deliciosos deliro,
Es a donde tus me llevan tus ojos de zafiro,
Me llevan también las caricias que doy a tu cuerpo,
Mientras respiro el aroma de tus hermosos cabellos.
Caen en nuestra alcoba rosas y azucenas,
En un amor inmortal donde se aman nuestras alma eternas,
Brilla un arcoíris en tus ojitos hermosos como finos cuarzos,
Beso tiernamente y recibo el calor de tus labios.
Se pintan las rosas de un color escarlata,
Así las pintan nuestras románticas palabras,
Las cubren y guardan las nocturnas sombras,
El viento mece los árboles mientras caen las hojas.
“En su cuarto menguante nos acompaña la luna, sólo recibe un poco de nuestro amor sin hacer preguntas, recibo tu sonrisa hermosa de cristal, tan delicada como rosa, siempre te voy a amar.”