No te pregunto hasta dónde.
Tú me dijiste: \"Sígueme, si quieres.\"
Desde aquél entonces, te sigo;
Y si álguien me pregunta: cómo éres,
responderé que eres rey y eres amigo.
Te sigo en la mañana, en el ocaso
y bajo el sol del día.
Te sigo cuando alumbras el camino,
Te sigo cuando se hace noche obscura.
Te sigo siempre, humilde peregrino
de tu aventura.
Te sigo sin saber
hasta qué punto he de seguirte,
ni porqué me pruébas,
ni si me aguarda un salto en el abismo.
Y aunque me canso,
nunca te pregunto hasta qué punto
has de llevarme;
pues recuerdo muy bien
que fuí yo mismo quién te hizo
necesario el camino que todo mal esconde.
Tú nunca me preguntastes
hasta dónde yo te hacía seguir.
\"hasta el calvario.\"
ts-at-by:Jorge L. Casado